- Sopa para perros
Por: Gabriela Villanueva Córdova
Hace unos cuantos mese atrás, cuando requería de un aliciente para mi autoestima porque me encontraba hecha moronitas emocionalmente, decidí leer un renombrado y recomendado libro por muchas mujeres pertenecientes a mi grupo de amigos (Best Seller decía la portada) ¿Por qué los hombres aman a las cabronas? De ahí que miles de ideas y dudas saltaron a mi cabeza ¿Será cierto que a los hombres entre más los consientes y más te entregas a ellos más crueles se vuelven?
Durante la lectura del antes mencionado libro, llamó mi atención un capítulo que hablaba de cómo las mujeres nos convertimos en “tapetes” al preparar magníficas cenas para nuestras parejas. Sobre esto trata este artículo, de cómo sorprender a tu pareja con una deliciosa cena, pero sin tener que sacrificar nuestras horas de relajación por un festín “a la carte” para alguien que muy probablemente al final de la relación no va a recordar y mucho menos valorará.
¿El amor entra por los ojos, por el estómago o por dónde? Muchas mujeres cuidamos nuestra apariencia, los motivos son variados, además de que nos gusta vernos limpias y presentables también tenemos la creencia de que el amor entra por los ojos ¿A quién no le gusta sentirse bonita? Pero desde tiempos ancestrales nuestras madres, abuelitas, tías y todo el gremio femenino nos ha inculcado que la atracción puede entrar por los ojos, pero que el amor sin lugar a dudas entra por el estómago.
Conquistar a un hombre por medio de interminables horas de agonía en la cocina es una costumbre, casi casi una responsabilidad que nos convierte en la “mujer ideal” o “tapete” como lo llaman en el libro antes citado.
La mujer “tapete” es aquella que sobaja su dignidad actuando conforme a las reglas de la sociedad para satisfacer las necesidades del conyugue, marido o novio, y así conservar y fortalecer las buenas costumbres, lo cual yo llamaría machismo.
Entre estas buenas costumbres encontramos las de la cocina, desde mi punto de vista cocinar implica mucho más allá que sencillamente mezclar ingredientes en una cacerola, es una entrega total del corazón, es transmitir amor, odio, tristeza, decepciones, júbilo o pasión en un plato, muy al estilo de Tita en Como Agua Para Chocolate de Laura Esquivel , es el arte del buen cocinar.
Inmediatamente salta a mi mente Ratatouille, la pequeña rata que dedica su vida a satisfacer los paladares de sus comensales, una rata a quien le apasiona la cocina. Honestamente no creo que a todas las mujeres nos encante meramente cocinar, ya que en muchas ocasiones, el planear el menú de la semana puede llegar a ser una actividad realmente engorrosa.
Y es que la mayoría de las mujeres cuando se casan adquieren como parte del “kit marital” una serie de responsabilidades que las comprometen a servir y atender a sus maridos, servicialidad, que cabe mencionar no siempre es bien agradecida, por ejemplo, un caso verídico y muy cercano a mí: la hermana de una de mis mejores amigas, estuvo casada por más de 6 años y siempre cuidó y atendió a su esposo, pero cuando éste se cansó de ella, después de muchísimos maltratos y humillaciones airosamente tomó la decisión de abandonarla y no obstante a ello además la demandó para evitar la pensión alimenticia que corresponde a sus hijos, argumentando que él no podía amar ni cuidar a los hijos de una mujer que cocinaba comida seca y nunca le procuró caldillos, lo cual le dificultaba tremendamente la digestión.
De ahí la interrogante ¿Debe uno como mujer demostrar al hombre el buen comer con cenas espectaculares como un delicioso fetuccini a la Alfredo o simplemente muy a la “vogue”, meter un par de salchichas en el microondas, preparar una bolsa de palomitas de maíz, servir soda y “vualá” la comida esta hecha?
Es muy cierto que los hombres aman a las cabronas. En mi experiencia personal, he sido ambos polos: por un lado muy dulce y entregada y por el otro una mujer fría, indiferente y calculadora que no está dispuesta a sobajarse por nada ni nadie, sorprendentemente cuando he sido de lo peor los resultados han sido increíbles: ellos te consienten y procuran desmedidamente y ya no es necesario cocinar, porque, te llevarán a cenar a cualquier lugar que ofrezca algo mejor que una sopa para perros como mi mamá solía llamarle (la sopa para perros, es una sopa mal preparada, muchas mujeres la preparamos cuando hacemos nuestra primera incursión en la cocina. La sopa para perros es viscosa, sabe mucho a harina y tiene un aspecto no muy agradable, retrato hablado del alimento para mascotas).
Mi madre también me diría -ni tanto que queme al santo ni tanto que no le alumbre-es decir ni muy muy, ni tan tan, tampoco hay que ser tan crueles con ellos. Vaya, de vez en cuando es conveniente satisfacer a los caballeros con un banquete rico, sencillo y barato y no mostrar siempre un lado duro y caprichoso, el de la mujer inútil que no sabe ni preparar una Maruchan.
Por eso mi mejor consejo para iniciar una nueva etapa de cabrona es: invitar a cenar a tu media naranja preparando tu especialidad: sushi (el cuál ya es posible adquirir en cualquier tienda de autoservicio) y una deliciosa botella de vino blanco, con esta combinación experimentarás un orgasmo en tus papilas gustativas y los dos felices y satisfechos de lo buena anfitriona que eres.
4 comentarios:
es un excelente texto el que escribes en el blog, me agrada mucho la idea de que tengas en mente que las mujeres no somos objeto ni esclavas sino seres humanos que sentimos y que no debemos de estar sujetas a la cocina ni a los quehaceres del hogar.
coincido contigo en la postura que mantienes de que las mujeres debemos ser cabronas porque es dificil confiar en los hombres hoy en dia.
al igual que tú, yo tambien soy una perosna dulce y tierna cuando hay que hacerlo pero tambien debemos ser un poco duras con ellos. tienes muy buena redaccion y me agradó la idea de que pusieras un dicho en el texto porque de ésta manera rescatas un poco de la cutlura oral que ya se está perdiendo y que no logra transmitirse como antes.
No pude evitar notar que te falto la s en meses, en la primera línea.
Un escrito muy simple pero a la vez con muchisimo contenido sobre, buena estructura, supongo que es una crónica, no lo se, no estoy aun muy familiarizado.
Con respecto al tema, jeje si, ese libro se convirtió de pronto en un boom, y hasta esotos días me topo con varias mujeres de todas las edades en el metro que lo están leyendo.
Este tema no es muy ajeno a nosotros, en particlar a mí, ya que con mis padres se da una situación así, y no dudo que tambien en el 90% de los "hogares" mexicanos.
Una muy buena definición de lo que es el machismo.
Con respecto al amor...el amor no entra ni por ojos, nariz, boca, etc.
El amor nace, el amor se cosecha día a día, y con el paso del tiempo (tal vez días, meses, años)
Y amor no es desvivirse por otra persona hasta la calidad de tapete, eso es no tener amor por uno mismo, si me pongo en el lugar de una mujer diría: "No sabe apreciar lo que hago, por él, no me ama, me utiliza, soy una mas de sus pertenencias, no me ama" punto.
Hay que saber identificar una derrota.
El amor es comunicación mutua, y comunicación en todos los aspectos.
Con respecto a la comida, pues si, nos enseñan en nuestra sociedad, que la comida es algo FUNDAMENTAL, casi obligatorio, y me atrevo a poner en entre dicho, una frase muy conocida: "Comer para vivir, no vivir para comer", pero en este país desgraciadamente nos enseñan a vivir para comer.
El amor, pues si tiene algo que ver con la comida, en particular el amor en pareja, para mi, no es de ley que una mujer se sepa el recetario completo de la abuelita, sino lo básico, tambien nostros como hombres, no somos ajenos a eso, a mi en particular, me agrada la cocina, se cocinar una que otra cosa, y eso no me hace menos hombre como nos lo hace creer la ideologia machista de este país.
En una pareja se da el llamado 50 y 50, no hay que exigir lo que nosotros no hacemos.
Y mientras siga existiendo una pequeñisima idea machista, esto no va a cambiar.
Buen escrito, es un tema muy cotidiano, pero muy muy bueno.
Saludos :)
El tema me pareció bueno en el sentido que nos dice el actuar de la mayoría de las mujeres. Realmenete ciertos para no aceptarlos. Esto es comproblable como lo mencionas: cerca de nosotros. En cada familia, hay una mujer que cocina pra satisfacer al marido, o por plena rutina, no lo se.
Yo ya he leído ese libro y me parece cierto todo lo que se menciona, ya que la mayoría de las mujeres piensa mecánicamente que tiene que ser un "tapete" (aunque no lo sepan inconscientemente), para agradarles a sus maridos o, para consiguir uno. Pero la realidad es que no. Como el libro lo menciona, estas mujeres solo destruyen su dignidad, a que tarde o temprano el hombre terminará hostigado y as dejará.
Tampoco hay que ser tan cabrona, porque el hombre "tan digno" se cansa de rogar y te botan. Es como tu dices nimuy muy, ni tan tan.
Que vamos ha hacerle. Desgraciadamente vivimos en un país machista todavía y, la mayoría de lso hombres piensasn así, y hasta que no cambie la situación seguiremos en el mismo sitio.
En cuento al amor no creo qe entre por el estómago y, por eso tengas que cocinarle a tu pareja. Mas bien es un complemento o accesorio del mismo. Ya que si quieres a tu pareja le cocinaras por que quieres, más no por compromiso. Nunca he visto en un acta de matrimonio: me comprometo a hacerle de comer a mi marido y cumplir con todos sus caprichos.
Eso es algo que te nace y no por eso le vas a gustar a una persona sino por tu forma de ser. Bien es cierto que la atracción entre por los ojos en muchas ocasiones (no en todas), por eso la ecesidad de que las mujeres queramos sentirnos bonitas. Y aque si no es un golpe duro hacia nuestra autoestima.
En mi opinión no hay que rebajarse ante ningún hombre, porque nosotras también somos personas que sienten.
Nunca he tratado de ser cabrona, por lo general soy dulce y creo, que eso si puede afectar, porque piensan que eres tonta, cuando eres todo lo contrario.
El libro me parece genial y espero que si no lo han leído lo lean. Es diviertido y entretenido.
En cuanto a la redacción, está bien. Algunos pequeños detallitos, pero muy bien. Felicidades.
El texto me atrajo desde lo de "¿por qué los hombres aman a las cabronas?". La verdad una ya no sabe ni que hacer para que los extraños especímenes del sexo masculino nos pelen o nos traten como nos merecemos. Creo que si voy a terminar por volverme cabrona, jejejeje.Pero no sé cocinar, así que ni modo lo tendré que invitar aunque sea a comer pizzas o algo así. Me parece muy machista eso de que una tenga que cocinar, arreglarse y hacer todo por que el monigote esté a gusto,pero me pregunto....ellos ¿qué hacen por nosotras? La verdad creo que nada, pues ni cocinan, ni se arreglan, es más, en ocasiones ni bonito huelen. Lo ideal sería que hicieran lo mismo que nosotras, creo que eso sería mejor(pero que quede claro, no me refiero a que sean metrosexuales, jejeje).
Muy buen texto, me atrapó desde el primer momento y no pude dejar de leerlo. Tienes muy buena redacción y si captas la atención del lector, aunque te comer un poco las letras y algunos acentos pero eso es lo de menos. Felicidades, sigue escribiendo y te seguiremos leyendo.
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